lunes, 9 de abril de 2018


A la Sombra del Chechén
 María Eugenia Matú.

“¿Qué más quiere la rana?... que la metan al agua” reza des-conocido refrán y ustedes me van a contestar: “¿Y eso, queeee??”. Pues nada, que así merito se me andan tooodos los que se sienten con alguna “posibilidad” de llegar a ocupar cualquier puesto político (por muy piojo que este sea).

En las últimas semanas, la lucha por salir en las noticias ha hecho que diputados locales, federales, senadores, suspirantes, auto-destapados yyyy destapados colectivos, busquen los reflectores, y con atrevida sonrisota, extiendan la mano y  se tomen la foto. Los del ala moderada posarán lo mismo con jóvenes, viejitos que con vecinos de colonias populares y líderes morales. Los más trending han enfocado su mirada hacia las gordas que hacen zumba en el malecón (dicho lo anterior, ya imagino a todos los “candidatos” tronándose los dedos tratando de adivinar quien tuvo esa grandiosisima idea: enfundarse en mono “chorcito” de licra mandar a hacer playeras con la leyenda “Zúmbale “Perengarito”, estamos contigo” y recorrer todo el malecón a ritmo de “… a ella le gusta la gasolina, dale más gasolina…” ¡tranquilos! Serenos morenos, quietos prietos. Es mera especulación).

Los hay que sueltan lana por aquí, lana por allá. Se convierten en padrinos de bolo, de vestido de quince años, de pastel de bodas, de graduación de jardín de niños, de primaria, secundaria…, de “jezmek”, de “cuxpash” así, hasta el infinito y más allá. Los hay que se inmolan, se convierten en mártires, súper héroes, personajes de caricatura, se dan baños de pueblo en Playa Bonita, pintan aceras, ayudan a las mamitas del mercado con su venta de marañón (¡quiiietos!... esta es oooooootra idea que también puede ser trending). Pero de propuestas serias, de proyectos viables, planeaciones o ideas de qué harían ellos, si fueran ellos los que llegan a la silla … ¡¡nada!!.

Todo se les va en acusar, denostar, bulear, humillar, exhibir al contrincante. Qué bonito sería abrir las redes sociales y ver propuestas de verdad, planteamientos y proyectos que plasmen cómo sacar a nuestro municipio, estado, ¡al país! Pa’lante. Qué hermoso sería saber que los suspirantes a Diputados se colocan la verdadera camiseta y hablan de modificar las estúpidas leyes  que hoy protegen a los malandros, a los mentecatos ladrones. Chulada de maíz prieto que buscaran el beneficio colectivo en cuanto a tantas carencias y problemáticas.

Peeeeeero no, se la viven arengando a sus huestes (y hablo de todos, sin importar de qué bando y color son) atacándose, ofendiendo, insultando. Y ahí van toooodos: jóvenes, adultos, mujeres, hombres, siguiendo el juego de los candidatos. Se olvidan que después del 1 de julio seguirán viendo al vecino, al compañero de trabajo, al contacto de feis, al pariente “indeseable” porque le va al candidato contrario. ¿Para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo?, ¿Desgarrarse las vestiduras por un candidato?, ¿Enemistarse con alguien por un hueso que ni siquiera es suyo?. El apasionamiento, el fanatismo, la obcecación,  la ceguera… generan intransigencia, intolerancia, exacerban los sentidos. Y con ese panorama no llegará el país, nuestro estado, ¡la colonia en que vivimos! A ningún pinche lado.